Primeros auxilios
Los primeros auxilios son técnicas básicas que se aplican en caso de lesiones o enfermedades súbitas. El boca a boca, tratamiento de fracturas, atención a hemorragias y torniquete son técnicas importantes para salvar vidas y deben ser aplicadas de manera adecuada, te enseñaremos los pasos para realizarlo de forma correcta.
Respiración boca a boca
El boca a boca es una técnica que consiste en pasar aire de una a otra persona en situación de parada cardiorrespiratoria. La RCP, o reanimación cardio respiratoria, sirve sólo para mejorar las posibilidades de supervivencia mientras se espera la ayuda.
En la actualidad, de hecho, se está potenciando el uso de desfibriladores automáticos (aparato electrónico portátil que diagnostica y trata el paro cardíaco restableciendo un ritmo cardíaco efectivo. Este tratamiento se llama desfibrilación, conseguido aplicando una descarga eléctrica al corazón).
Aplicación de la respiración boca a boca
Restituir la respiración o latido cardíaco es la prioridad número 1 cuando socorremos a un accidentado. Un fuerte golpe en el tórax puede haber sido la causa del colapso y el método más rápido y efectivo para superarlo es la respiración boca a boca.
Comprobaciones
El socorrista comprueba si el paciente respira o no, asegurándose de diferentes maneras: acercando el oído y la mejilla a las vías respiratorias, para oír y sentir el aliento; colocando el dorso de la mano en la nariz, para sentir el aliento; si es posible, coloca la mano bajo el tórax para sentir el movimiento.
Despejar las vías respiratorias
Conviene aplicar la respiración tan pronto la vía respiratoria haya quedado despejada, para lo cual realizaremos antes una serie de sencillas operaciones: tras limpiar la boca, efectuar una tracción mandibular hacia arriba mientras la otra mano inmoviliza la cabeza. De este modo nos aseguramos una posición del cuello que favorece la entrada y salida de aire; un par de dedos, índice y corazón, se introducen levemente en la boca, palpan la lengua, retiran la posible tierra o presencia de cuerpos extraños y, si fuera necesario, la propia lengua, si ésta estuviera obstruyendo la entrada de aire.
Sujetar la barbilla y taponar la nariz
El socorrista se dispone a insuflar aire dentro de la boca. Con el fin de aprovechar al máximo la entrada de aire y evitar fugas de aire, la mano izquierda taponará la nariz. La derecha se mantiene sujetando la barbilla.
Insuflar aire
La acción de soplar debe ser enérgica y directa. En realidad los pulmones son fuelles y la palanca, el músculo que sirve de pared y desde donde empujamos el aire hacia fuera, se encuentra en el diafragma, luego para conseguir el llenado completo debemos Insuflar aire hasta el fondo. Una vez realizadas las dos insuflaciones de rescate (para que exista aire y oxígeno en los pulmones), se efectuarán 15 compresiones, seguidas de dos ventilaciones y así sucesivamente (independientemente de si es uno o dos auxiliadores). En niños el ritmo será siempre de 5 compresiones y una ventilación.
Observar el movimiento del tórax
Debemos observar si el tórax se eleva cuando soplamos aire hacia los pulmones de la víctima y, tras apartar la boca para inspirar profundamente, observaremos que el tórax se deprime por sí solo. Este movimiento nos informa de que las vías respiratorias están libres.
Continuar con la maniobra hasta la recuperación del herido
Dar dos insuflaciones de rescate antes de iniciar la respiración artificial a un ritmo de 10 por minuto. En los niños recién nacidos o bebés se realizará la técnica boca a boca-nariz y el ritmo será de 15 a 20 ventilaciones por minuto. Una vez que se restablezca la respiración se dejará al herido en posición de defensa.
Fracturas
Los accidentes de tráfico son desgraciadamente muy prolíficos en lo que se refiere a la producción de fracturas. Este módulo trata algunas de ellas, en particular las que se producen en brazos y manos.
Por otro lado, es importante tener claro que el destinatario de este tipo de información es el ciudadano normal, no profesional, que con frecuencia desconoce todo o casi todo lo relacionado con los primeros auxilios.
Por esta razón hemos preferido no meternos en aspectos delicados como la reducción de fracturas o cuestiones por el estilo que demandan una actitud frente al accidentado más especializada.
Fractura del brazo por debajo del codo y/o la mano o los dedos:
Hemos utilizado como método de inmovilización un periódico sujeto con pequeños cordeles. Tanto en el caso de fractura de Cúbito o Radio (sencilla o compuesta) como de mano o dedos, primero debemos inmovilizar el antebrazo o mano. Toda la operación debe realizarse con delicadeza. Los cordeles estarán firmes pero sin pasarse, no vayan a añadir dolor innecesario. El cabestrillo, que sujetaría el brazo previamente inmovilizado, está realizado con una camiseta, un elemento fácil de poner y cómodo para el paciente. El nudo en la zona del codo fija todo el armazón y evita que el brazo se deslice hacia fuera.
Fractura del codo
El caso que contemplamos es el de la fractura de codo que impide al brazo estirarse. En caso contrario (la rotura impide doblar el brazo) habría que fijar el brazo al cuerpo: primero entablillaríamos el brazo y, posteriormente, fijaríamos éste al cuerpo con algo mullido entre ambos. Si el codo está doblado debemos inmovilizarlo completamente. La cinta que lo rodea y une al cuerpo persigue este fin. Hay que tener cuidado y no presionar una arteria. Para asegurarnos, tomar el pulso en la zona cubital/radial. El clásico pañuelo alrededor del cuello y muñeca completan la inmovilización.
Fractura de la parte superior del brazo
Aunque no se aprecia en la foto, debajo de la axila es conveniente colocar algo blando que amortigüe el contacto entre brazo y cuerpo. Con respecto al entablillado recordar que se debe inmovilizar toda la extensión del miembro afectado y que los cordeles que lo amarren deben estar firmes pero nunca excesivamente apretados. Observad que el brazo está sostenido en ángulo recto. De este modo, evitamos presionar el antebrazo contra el entablillado y también que los músculos que rodean al hueso fracturado estén en posición más relajada.
Fracturas
La fractura de un hueso puede ser consecuencia de un golpe directo sobre el punto de fractura o como consecuencia de una torsión o golpe alejado del mismo. Esto debe entenderse en el sentido de que, tras un accidente, en el que el cuerpo haya impactado directamente contra algo sólido o con intermediación de la carrocería pueden aparecer, sin embargo, fracturas en partes del cuerpo aparentemente protegidas.
Por lo tanto, en un accidente, siempre se deben tratar los dolores como síntomas de posible fractura. Una primera inspección visual puede darnos pistas. En cualquier caso, conviene mirar siempre antes de tocar o mover al accidentado. Entre otras razones por que es posible que la inflamación posterior dificulte su localización.
Cuando en un accidente hay varias personas involucradas, se deben tratar la asfixia y hemorragias primero. Un accidentado con posibles fracturas habrá de ser inmovilizado antes de moverle, terminando el tratamiento más tarde.
Tipos de fracturas
Hay dos tipos básicos: la fractura abierta, que perfora la piel, y la cerrada. Ya se ha comentado que, por ahora, nos ocuparemos solo de las cerradas y, dentro de éstas, algunas de las más frecuentes localizadas en las extremidades superiores. Las fracturas que no perforan la piel ni están expuestas se denominan cerradas.
Debemos saber que las fracturas cerradas pueden verse complicadas por hemorragia o lesión de los órganos internos, lo que implica hacer todo lo posible para poner en conocimiento de cualquier servicio profesional (policía, ambulancia..) la existencia del accidente. Un tercer tipo, que se da más frecuentemente en los niños, es la fisura, que consiste en una rotura parcial del hueso.
Síntomas
El dolor intenso, agravado por intentos de mover la parte afectada, es el síntoma más inmediato. Generalmente el dolor viene acompañado por una sensibilidad exacerbada, incluso para la presión más ligera. Un tercer síntoma es la inflamación, que aparece a los pocos minutos.
Casi siempre la fractura viene asociada a una mayor o menor deformidad que podemos constatar comparando el área sospechosa de fractura y su simétrica no afectada.
Finalmente (a veces para desgracia del accidentado) averiguamos la existencia de fractura cuando, tras mover el miembro roto, oimos algo parecido a un sonido chirriante... Está completamente contraindicado, en cualquier caso, mover la parte dañada para comprobar si está rota.
Instrucciones
Si se espera atención médica, inmoviliza las fracturas cerradas y deja que un profesional las trate después. Usa cabestrillos para los brazos. Los cabestrillos pueden improvisarse con prendas de ropa, cinturones...Ojo con los nudos y presiones próximas a la herida.
En caso de entablillado el objeto debe ser más largo que el hueso. Si no dispones de tablas o instrumentos para aumentar la inmovilidad, sujeta con vendas el miembro herido al cuerpo sano. En este caso y en general, separa de la piel todo material duro colocando en medio algo blando. De lo contrario se producirán llagas por la presión. Asegura firmemente arriba y debajo de la fractura y por debajo de la articulación más próxima. Ata todos los nudos al mismo lado, teniendo fácil acceso a ellos y usa nudos o lazos cruzados. Apretar con delicadeza y no demasiado, ya que se podría cortar la circulación.
Utiliza una venda triangular doblada o una banda de tela ancha. ¡Ojo! no usar vendas estrechas, cuerdas o alambres... siempre se podrá usar antes una prenda superior, como una camisa. Otro tipo de materiales utilizados como soga podrían cortar la circulación, además de producir una molestia añadida e innecesaria. Comprueba periódicamente la circulación. Los dedos azulados o cenicientos son claras señales que indican que los vendajes están muy ajustados.
Fracturas abiertas
Tipo de fractura que se caracteriza por la salida del hueso fracturado al exterior, lo cual provoca una herida abierta que puede ser causa de una importante hemorragia. También la fractura abierta puede haber sido provocada por un corte profundo que llegue hasta el mismo hueso, fracturándolo. Con este tipo de fracturas existe un fuerte riesgo de infección.
Fracturas cerradas
La fractura cerrada puede ser: simple, sencilla, compuesta, doble, conminuta e incompleta. Si bien no existe herida importante, este tipo de fractura sí puede provocar hemorragias internas. En el caso de que el herido tenga alguna hemorragia abierta, quemadura, haya entrado en estado de shock o esté en parada cardio respiratoria, tendremos que tratar las diferentes lesiones por orden de importancia, dejando las fracturas para el final.
Fracturas simple
Tipo de fractura limpia, debido a un golpe brusco y seco recibido directa o indirectamente en el hueso, el cual se fractura de forma completa. Antes de mover al accidentado es conveniente practicar una inmovilización previa de la parte dañada.
Fractura sencilla
A diferencia de la fractura simple, la fractura sencilla es aquella que se produce en aquella parte de la extremidad formada por dos huesos (cúbito/radio, tibia/peroné...). A efectos de inmovilización se deben tratar igual que si de un hueso simple se tratara.
Fractura compuesta
Cuando se rompen los dos huesos de una extremidad se habla de fractura compuesta (en la imagen, cúbito/radio). Es fácil constatar este tipo de fractura pues la extremidad aparecerá doblada en la zona de la fractura. En este caso, si no nos atrevemos o sabemos realizar una reducción previa, mejor nos abstenemos de realizar un entablillado aunque, eso sí, el accidentado no debe moverse ni mucho menos apoyar esa parte.
Fractura doble
Se produce al fracturarse en dos puntos un hueso largo (húmero, fémur, etc). Como en el caso de la fractura compuesta, es fácil su percepción visual y muy necesaria una actuación por parte del socorrista en extremo cuidadosa.
Fractura conminuta
Con este nombre se denomina la fracturación múltiple del hueso como consecuencia de un aplastamiento en esa parte de la extremidad. Este tipo de fractura la padecen con frecuencia los motoristas, pues a menudo su cuerpo actúa como “carrocería” absorbiendo el golpe directo de objetos muchísimo más duros. La recomposición completa del hueso en estos casos es bastante compleja.
Fractura incompleta
Tipo de fractura que no llega a dividir el hueso en dos partes. No se puede considerar como una fisura, ya que la extensión de la fractura es mayor. La fisura, en general, es propia de huesos muy flexibles, es decir, los que tienen los niños.
Hemorragias
En caso de hemorragia el organismo pone en funcionamiento su mecanismo para controlarla, agregando las plaquetas alrededor del vaso lesionado y formando un coágulo que tapona dicho vaso.
La atención de primeros auxilios contribuye a que este proceso sea efectivo. La hemorragia arterial se caracteriza porque la sangre es de color rojo brillante, su salida es abundante y de forma intermitente, coincidiendo con cada pulsación.
Ante una hemorragia arterial deben tomarse medidas inmediatas para detener la sangre. Es la hemorragia más grave que pueda producirse y la rapidez es fundamental para detenerla.
Conoce los puntos de presión más utilizados para detener la hemorragia o paliar en la medida de lo posible la pérdida de sangre.
Arteria temporal
Se trata de un punto de presión por donde pasa la ramificación externa de la Arteria Carótida, que irriga la parte superior y frontal del cráneo. La presión sobre la misma es sencilla, en este caso, pues hay una base ósea con músculos de poco volumen debajo (hueso Temporal).
Arteria carótida
Puede ser controlada temporalmente comprimiendo sobre el Triángulo Carotídeo, lugar donde se ramifica la Arteria en la Carótida Externa y la Interna. Dado que no hay una base ósea inmediatamente detrás (hay un grupo de músculos y tendones de la parte inferior de la cara además de la Tráquea), la compresión es menos sencilla que en otros puntos.
Ejerciendo presión sobre esta arteria es fácil provocar un desmayo en el herido. Parece más recomendable, por las características de la parte que irriga esta Arteria (cara y cabeza), aplicar en caso de hemorragia importante una presión directa sobre la herida, utilizando una gasa o paño limpio.
Arteria axilar
En el caso de arterias en brazos conviene, durante la presión, mantenerlos elevados por encima del corazón. Se trata, en realidad, de aprovecharnos de la fuerza de la gravedad: la sangre bombeada por el corazón llegará con menos fuerza a las zonas altas y, de este modo, se facilita la formación de plaquetas.
El hueso subyacente es el Húmero. Aquí, como en los demás casos, aplicamos la presión después de haber tratado de contener la hemorragia mediante presión directa sobre la herida, manteniendo el brazo elevado.
En caso de una fractura abierta o sección del miembro queda claro que debemos presionar de inmediato sobre la arteria o realizar un torniquete.
Arteria subclavia
Cuando existe una base ósea clara, como la clavícula en este caso, se trata de presionar la arteria en el lugar donde se cruza con un hueso, deteniendo el flujo de la sangre. Si este no se reduce inmediatamente, hay que, sin dejar de presionar, mover los dedos hasta lograrlo.
Aunque las imágenes no muestran ningún tipo de gasa o compresa interpuesta la presión puede ejercerse aplicándolas directamente sobre la herida al mismo tiempo que presionamos sobre la clavícula.
Hay que tener presente que se presiona la arteria en el punto más cercano a la herida que en este caso se correspondería con el hombro.
Arteria braquial
Como en cualquier otra extremidad, la presión sobre la arteria braquial se hará manteniendo el brazo levantado. Por diferentes razones, como situar la extremidad por encima del corazón o prevenir desmayos, debemos ante una hemorragia grave tumbar primero al herido sobre una superficie horizontal (suelo).
Como se ha dicho, la presión directa sobre la herida es mejor que un punto de presión, porque dicha presión detiene la circulación solamente en la herida y no en todo el antebrazo y mano, como en este caso.
Si tras cubrir la herida con una venda o gasa continua sangrando, debemos colocar apósitos adicionales sin retirar el vendaje inicial.
Arteria radial / cubital
En el punto que hemos denominado Braquial la arteria se ha dividido en dos ramas, Arteria Cubital y Radial, que discurren por el antebrazo y pasan por la parte posterior de la muñeca para ramificarse por la mano y dedos. Es la zona donde más habitualmente tomamos el pulso, probablemente por su fácil localización.
En caso de heridas graves en la mano, como la sección de uno o más dedos, podemos aplicar la presión con bastante eficacia ya que en general se puede rodear una muñeca con una sola mano.
Ahora bien, la sección total o parcial de un miembro produce un espasmo en los músculos que rodean las arterias que hacen que la hemorragia no sea tan grave como en otros casos.
Arteria femoral
Si la Axilar es la arteria principal en las extremidades superiores la Femoral es de las inferiores. Dado que se trata de una arteria de gran sección, rodeada de gran cantidad de músculo, en caso de herida grave (un caso típico es el de las heridas por asta de toro. Sin embargo, no es infrecuente en los accidentes de tráfico) la presión se debe aplicar con la mitad de la palma o incluso con el puño.
Hay que insistir en que no se debe utilizar el torniquete a menos que sea una emergencia extrema, tal como un brazo o pierna separada. Los torniquetes pueden dañar nervios y conductos sanguíneos y hacer que la víctima pierda un brazo o una pierna.
Si la hemorragia cesa después de tres minutos de presión, soltar lentamente el punto de presión. Si esta continua, debemos volver a ejercer presión sobre la arteria.
Arteria poplítea
Hemos dicho que, tratándose de extremidades, debemos elevar estas por encima del corazón (la elevación de la parte lesionada disminuye la presión de la sangre en el lugar de la herida y reduce la hemorragia).
Para actuar sobre la arteria poplítea, el herido permanecerá tumbado de espaldas sobre el suelo y apoyaremos la pierna herida sobre nuestro hombro (estando nosotros de rodillas), para luego apretar con los pulgares de ambas manos en el punto de presión situado en la parte anterior de la rodilla.
Arteria tibial posterior
La posición, tanto del herido como del socorrista, para actuar sobre la arteria tibial posterior es igual que en el caso de la Arteria Poplitea. La Arteria Tibial baja a lo largo de toda la parte anterior y posterior de la pierna para terminar de ramificarse en el pie.
Torniquete
Es útil en amputaciones traumáticas de las extremidades o partes de estas, aplastamientos o hemorragias cuantiosas.
Se debe utilizar como último recurso, debido a las graves consecuencias que puede acarrear su utilización (muerte de tejidos y órganos por falta de riego sanguíneo).
Está reservado sólo a los casos donde la hemorragia es tan grave que han fallado las medidas convencionales de contención.
Material a utilizar
Utiliza una venda triangular doblada o una banda de tela ancha. ¡Ojo! no usar vendas estrechas, cuerdas o alambres...siempre se podrá usar antes una prenda superior, como una camisa. Otro tipo de materiales utilizados, como la soga, podrían cortar la carne, además de producir una molestia añadida e innecesaria. Junto con ello nos hará falta una varilla que ayude a dar vueltas al vendaje y poder así cortar la hemorragia.
Colocación de la venda
Coloca la venda cuatro dedos por encima de la herida. La venda o material que utilicemos se colocará siempre entre la herida y el corazón. Da dos vueltas alrededor del brazo o la pierna. Haz un nudo simple en los extremos de la venda.
Colocación de la vara y rotación
Coloca una vara corta y fuerte sobre el nudo, si es que la encuentras. En otro caso, coger cualquier barra del propio vehículo o del de el accidentado, como la que acompaña al "gato" o la que se emplea como antirrobo.... Haz dos nudos más sobre la vara. Gira la vara lentamente hasta que se ajuste lo suficientemente como para detener la hemorragia.
Aflojar el torniquete
Una vez realizado un torniquete no debe aflojarse. Aunque existen creencias de que es necesario aflojarlo para permitir la oxigenación de la parte del miembro que queda posterior al torniquete, es totalmente contraproducente, porque lo que se permite aflojándolo es que los coágulos de sangre que se generan alrededor de la herida sangrante, circulen por el torrente sanguíneo, incrementándose la probabilidad de que el herido sufra un trombo (en el cerebro, en el corazón, en los pulmones, etc.) debido, precisamente, a estos coágulos de sangre.
Controla el torniquete y a la víctima
Vigila el torniquete constantemente hasta que la víctima sea hospitalizada. Marca la frente del paciente con las letras "TQ" que significa Torniquete, la hora y la localización del mismo. Mantenerlo a la vista, no cubrirlo con ropas u otras prendas.